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domingo, 19 de diciembre de 2010

DECÁLOGO SOBRE EL TRATAMIENTO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

A propuesta de la Agrupación de Mujeres Periodistas la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Granada aprobó un decálogo de recomendaciones sobre el tratamiento de la violencia de género en los medios de comunicación.
1º Abordar la violencia de género como una violación de los derechos humanos y un atentado contra la libertad y la dignidad de las mujeres.
Informar sobre la violencia de género ayuda a hacer visible el fenómeno y crear conciencia de que el maltrato es un delito, un grave problema social y, por lo tanto, no es asunto menor. Pero sólo es recomendable si existe una denuncia previa ante los organismos competentes, que puede ser presentada por la víctima, por una organización o por cualquier otra persona o entidad.
2º Respetar la dignidad de la mujer agredida
No debe mostrarse la imagen de la víctima si ella no lo desea. La mujer no debe ser utilizada como un reclamo publicitario; debe evitarse el acoso a la víctima por parte de micrófonos, cámaras de televisión y fotógrafos; las imágenes de televisión y fotografías reproducidas en prensa deben ser impersonales, neutras, es decir, que no permitan identificar a la víctima ni el lugar de los hechos; también es necesario evitar imágenes superfluas que puedan ser hirientes.
3º Respetar el derecho a la intimidad de las mujeres agredidas y la presunción de inocencia de los agresores.
Las víctimas tienen que ser anónimas, si ellas lo desean, mucho más en el caso de que sean menores de edad; debe respetarse igualmente la decisión de los cuerpos de seguridad respecto a difundir o no algún tipo de información que pueda ser importante para la investigación; nunca la información publicada debe realizar conclusiones previas a una resolución judicial.
4º Seleccionar adecuadamente las fuentes de información
Se recomienda evitar testimonio de vecinos y familiares si no aportan datos rigurosos y concretos. Es más adecuado utilizar fuentes especializadas: jueces, psicólogos, médicos forenses y técnicas por la igualdad.

5º Ser riguroso en los términos empleados para que se ajusten adecuadamente a la definición de los hechos.
El tratamiento debe ser igualitario para hombres y mujeres, evitando caer en los tópicos y hay que eliminar adjetivos que puedan, de algún modo, contribuir a que se justifique la agresión: “Estaba loco de celos”, “Se le fue la cabeza”, “La quería demasiado”, “Fue un acto de locura”, “Era una bellísima persona”, “Estaba borracho o drogado”.
6º Evitar el sensacionalismo, la morbosidad y el dramatismo en las informaciones. Un asesinato de mujer no es un caso más.
Una información sensacionalista, morbosa o dramática no hace más grave el hecho de la violencia de género. Debe tener interés social pero huyendo de todo lo escabroso, sobre todo si se produce una reconstrucción de los hechos, que en muy pocas ocasiones es recomendable; las informaciones sobre malos tratos no deben apareceré en las páginas de sucesos sino en las páginas de sociedad, como un problema público.
7º Evitar estereotipos
Se recomienda evitar relaciones de afecto tanto en lo que se refiere a la situación sociocultural como a las circunstancias personales de los/as implicados/as. La violencia de género se produce en cualquier estrato social, a niveles de educación diferentes, y en edades dispares, por lo tanto, no se debe dirigir hacia grupos sociales concretos ni circunstancias determinadas.
8º Contextualizar la información.
Se recomienda investigar y explicar todos los antecedentes posibles el caso del que informamos y el proceso que ha sufrido la víctima hasta llegar al hecho que nos ocupa; contribuir con la información a que la sociedad conozca como miles de mujeres salen del infierno de los malos tratos hablando de los recursos existentes y lanzando mensajes positivos.
9º Es recomendable hacer un seguimiento de la información.
Es recomendable hacer un seguimiento adecuado del caso, informando sobre la resolución judicial, cuando se produzca, y de la recuperación y vuelta a la normalidad de la persona agredida.
10º Rectificar cualquier dato erróneo que se haya podido difundir sobre un caso de violencia de género.
Si hay error, debe haber rectificación. Y el medio debe hacerlo lo más rápidamente posible para evitar más presión psicológica sobre4 quienes se han visto afectados por un caso de violencia de género. No se trata de convertir a los hombres en enemigos de las mujeres sino en desterrar conductas agresivas y lesivas contra las mujeres, ayudando a establecer relaciones de igualdad.

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