El 29 de septiembre tuvo lugar en Almería, en el
Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería la Primera Jornada
Internacional sobre Prostitución y Trata de mujeres, bajo el título “¿Cliente? o Prostituidor ¿Invisible? o
responsable de la prostitución”.
Tal evento fue organizado por la Comisión para la Investigación de Malos tratos
a Mujeres, con la colaboració de Aimur (Asociación para la Atención Integral de
mujeres en riesgo social).
Las jornadas comenzaron con una mesa redonda
donde se trataron las “medidas contra el prostituidor: La situación en Europa y
la legislación en los países nórdicos: una experiencia práctica”: a
continuación la mesa redonda “Quien es el prostituidor: Situación en España,
Las ordenanzas municipales y la experiencia desde Aimur. Las jornadas
terminaron con la mesa “Los hombres ante el prostituidor”
En estas jornadas se dio a conocer el informe de
Naciones Unidas donde se reconoce que la demanda de la prostitución es la
máxima responsable de la expansión de la Industria del Sexo y del aumento de la
trata de mujeres con fines de explotación sexual en el mundo y recomienda
cuestionar la demanda para acabar con todas estas nuevas modalidades de
esclavitud sexual que afectan a las mujeres del mundo y en particular a las más
vulnerables.
En Europa Francia ha aprobado ya un informe donde
se recomienda la penalización de la demanda de prostitución, de la misma forma
que lo han hecho países como Suecia, Finlandia, Escocia-Reino Unido, Noruega e
Islandia.
Durante estas jornadas se puso de manifiesto la
necesidad de modificar nuestra legislación para que el cliente/prostituidor
dejara de ser invisible, y asumiera su culpabilidad en este problema, ya sólo
existe oferta cuando hay demanda.
Se pidió que el hombre se posicionara ante esta
situación que genera que una parte de la población explote a la otra parte, lo
cual resulta inadmisible.
El problema no se arregla como pretenden decirnos
haciendo que las mujeres que ejercen la prostitución se den de altas como
trabajadoras autónomas. La prostitución no es un trabajo, es una vulneración
cruel de los derechos humanos. De los derechos y la dignidad de las mujeres.
Pudimos comprobar cómo ya se está castigando al
prostituidor en otros países y no a la víctima y los resultados que se están
obteniendo, donde la prostitución está bajando, y no, ocultándose como sucede
en nuestro país, donde se pretende solucionar el problema poniendo a las
mujeres que ejercen la prostitución más alejadas de la vista de los ciudadanos,
pero no intentando sacarlas de la vida en que se encuentran.
Tuvimos la ocasión de ver un vídeo donde
aparecían tanto hombres como mujeres que ejercen la prostitución, un vídeo que
resultó escalofriante, al ver como estas mujeres comentaban el “asco” que
sentían hacia esos hombres y se preguntaban cuando un hombre dejaba de serlo
para convertirse en un prostituidor. Esa pregunta consiguió retumbar en
nuestros cerebros. Quedó patente que la sociedad influye en todo esto y la
educación es muy necesaria para que deje de ejercerse este tipo de violencia
sobre las mujeres. Para ellos sin embargo, aparecía como algo normal, que a algunas mujeres, incluso les podía gustar y
trabajaban allí por que querían, algo que quedó de manifiesto ser incierto ante
las palabras y los llantos de estas
mujeres, que sólo deseaban escapar de esa vida y llevar vidas normarles.
Nos queda claro que el trabajo es complicado e
implica que toda la sociedad se conciencie del gran problema que supone que nos
hayamos convertido en el "burdel de Europa", donde los proxenetas
"campas a sus anchas" con total impunidad, mientras miles de mujeres
pierden sus dignidad, y permitimos que sean despojadas de sus derechos
fundamentales, mientras nuestra sociedad,
no sólo lo permite y justifica, sino que se dedica a mirar hacia otro lado si
le resulta molesto.
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